No hay espejo que mejor refleje la imagen del hombre que sus palabras ¿Soy lo que veo?¿es lo que veo?¿soy el que ve?

jueves, septiembre 29, 2005

Laura Ingalls


Suena el teléfono en mi trabajo. Contesto:

- Centro de Negocios, Buenas tardes habla Cecilia, en que le puedo ayudar?
- Buenas tardes… Laura?

****************

Verano del 94. Pelluhue, pasando las vacaciones en la casa de playa de la familia.

Como todas las noches salimos con mi prima a la plaza, solas a dar la típica vuelta a la manzana, juegos de video, caminar hasta la tienda de papas fritas y vuelta a lo mismo. No éramos de hacer muchos amigos.

Recuerdo que lucía una falda, soquetes y una polera sin hombros con vuelitos, toda una niña buena de 13.

De pronto vemos caminar de frente a nosotras 3 tipos decididos a hablarnos. El que la llevaba era Cristian, de 22 años, que pareciera le gustó mi prima de 17. Roberto, era el hermano de mirada inocente y risueño de 19 que al parecer le gusté yo. Y Rodrigo, el primo de 18 sólo se dedicaba a observar y reírse de la situación.

- Te pareces a Laura de la casa en la pradera- me dijo Roberto esa noche.


Recuerdo que platicamos y nos caímos todos bien. Vale mencionar que para ellos mi nombre dejó de ser Cecilia para transformarse en Laura.

Seguirían días de juntarnos en la playa y un rato por las noches, a nosotras no nos dejaban ir a bailar.

Roberto una noche me dijo que le gustaba y me preguntó en forma cortés si podía darme un beso.
Sentí mariposas. A mi corta edad supe lo que era sentirlas de tal manera y vivir mi primer episodio romántico como siempre lo había imaginado.

Al otro día me fui a caminar por la playa, era un día nublado. Casi llegando al final de mi recorrido no podía creer que era él que venía de frente. Coincidencia que nos hizo pasar una mañana increíble caminando junto al mar.

Me llevó a conocer a sus padres. Resultó ser que su madre que veranea desde su adolescencia allá, había sido polola de un tío mío, ja!

Así pasaron los días, incluyendo el de los enamorados en la cima de un Santo donde ves completo el pueblo de noche.Muy lindos recuerdos realmente.

Llegó fines de Febrero y debió marcharse a Santiago. Su ingeniería industrial lo esperaba los primeros días de Marzo.
Nos llamamos. A mitad de año llegó una postal con palabras torpes: “Ves donde hice la marca? Ahí vivo yo”, no decía mucho más.

Después las llamadas se redujeron a Cumpleaños y festividades de fin de año.

Vino el siguiente verano pero ya no éramos los mismos. Así el siguiente él con su polola.
No nos volvimos a ver.
Solía encontrarme con su madre con quién nos tomamos mucho cariño.
Un par de veces me junté con Cristian su hermano, con quién mantenía el contacto, pero que al parecer nunca le dijo a Roberto.

Ayer mi mamá vino a Santiago.
Al momento de juntarnos me dice:

- A que no sabes con quién me encontré en Almacenes París.
- Con quién mamá?
- Con Tita, nos reconocimos, la mamá de los niños de Pelluhue. La ex de tu tío Humberto.
Le di tu tarjeta para que te ubiquen. Acá tienes el teléfono del hijo menor.

No llamé.
Hoy él me sorprendió.

6 Comments:

At 10:02 a. m., Blogger C.- said...

PEro que dijo
a que hora llamó
porque
cual es el tema
necesito saberlo todo
estoy más metido ¡¡
Más más ¡¡
Queremos más¡¡

 
At 10:49 a. m., Blogger TinoRO said...

Amores de pubertad...
Qué fuerte!
Supongo que estas sola, sino tu madre no te hubiese dado el teléfono.
(ya me puse voyerista... mejor la corto)

Saludos,
Tino RO

- Por economía podrías contestar el teléfono así: "GOC, Buenas tardes habla Cecilia, ¿en qué le puedo ayudar?" (fome, pero si no lo escribía me hubiese salido otro tic en la ceja izquierda)

 
At 1:34 p. m., Blogger cobain said...

uuu que guena ...onda reencuentro?...despues de tantos años (supongo jejeje) igual deber ser super choro que alguien te llame y te sorprenda luego de tantos años....mi ex polola..siempre me sorprende tambien llamandome...y aun me emociona eso...guaaaa...parece que me puse cebolla..jajaja
chao..pasala bien ...
rudolf

 
At 11:01 p. m., Blogger aprendiz said...

Sin tener el claro porque, una vez que pasaba un momento penca afectivamente (me habían patia´o) escuche una canción que me agarro caleta. Cosa rara, un estilo de música que no oía y del cual renegaba por lo comercial.

Se llama la Playa, de la Oreja
La busqué para oírla mientras te releía

Lindos recuerdos Laura

 
At 1:29 a. m., Blogger Pablillous said...

Laurita..

que linda sorpresa!

esos viajecitos a los recuerdos son siempre un regalito para el espíritu no?

Abrazos

 
At 2:15 a. m., Anonymous Anónimo said...

Genial!
Que suerte tienes, ojala que la historia continue y termine bien.
Para mi, por lo menos, todas las historias de mar han sido tragicas y melancolicas, pero bueno, creo que solo son tristes para mi.

Suerte!!y sigue contando la historia que a todos nos dejaste metidos.

 

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